Este año he sonreído por lo menos 365 veces. Claro que también me han acompañado días grises, como a todo el mundo, pero lo primero es saber valorar las cosas importantes.
Y eso es una de las cosas por la que brindaré esta noche, por no dejar que todos esos problemas y esas cosas que se deben hacer, acaben con mis sonrisas y mis sueños.
También brindaré por todo lo que he aprendido.
Este año he aprendido que para querer a alguien, primero hay que quererse a uno mismo. Que es una pérdida de tiempo recordar a alguien que no merece la pena. Y que la vida es demasiada corta para perderla con orgullos, miedos y nostalgias.
También dejé de creer en el amor, bueno, en el amor que yo creía antes, ese lleno de palabras vacías, de amor manoseado, de detalles solo para que perdonase su ausencia... para creer en el amor de verdad, ese que te empuja a hacer las cosas que nunca fuiste capaz de hacer, que te hace romper todas las reglas y todos tus principios, el que te hace sentir especial solo por el hecho de tenerlo.
He tenido infinitos(+2) momentos especiales. Y han conseguido que me sienta única como nunca. He aprendido a valorar (aún más) la importancia de los pequeños detalles, y de la magia de algunas personas. He conocido a personas que han sabido ser imprescindibles, y imprescindibles que han dejado de serlo.
De despedidas (definitivas) para esas historias que ya no tienen sitio ni en mis recuerdos. Y de bienvenidas a aquellos que volvieron. De volver allí, donde solíamos gritar, y de domingos astrománticos. De viajes, de faros, de incendios de nieve (y calor), de gofres, de laberintos, de noches reversibles, de estaciones de tren, de primeras veces, de teatros, de proyectos nuevos, de música, de abrazos interminables, de atardeceres, de romper las reglas, de besos con sabor a café, de Nosotros, de Serendipity, de casualidades, de laLuna, de Illustrator, de Jazmines, de lluvia, de semaforos en rojo, de todas esas cosas que llevan tu nombre. Y de Santi Balmes, como no.
Supongo que todas estas no hubiesen tenido tanto sentido sin esas personas que me hacen ser tan incoherente (y bipolar). Esas personas que han sabido regalarme sonrisas en mis días grises, y me han acompañado y apoyado en la locura más grande.
A él, a ellos, a ella y a ellas, incluso a muchos de los que han pasado por aquí, gracias, gracias por hacer de este un año maravilloso, y por seguir recordándome eso de VIVIR.
Muy feliz año a todos, y que todos vuestros deseos se hagan realidad (: